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Ahora van por los tiburones… Luego por el marlin y el dorado
Los barcos industriales foráneos regresan a Baja California Sur
Por Mario Gómez | @mariogomez19
7 de julio de 2025
Después del artículo que escribí el 28 de mayo pasado que refiere un sobrevuelo que hicimos desde La Paz a Cabo del Este ida y vuelta y en el que identificamos 10 grandes manchas o escuelas de atún aleta amarilla en el Golfo de California y que decíamos que no había un solo barco atunero pero predecíamos que iban a venir pronto esos barcos y que iban a pescar toda esa gran población de atunes que estimamos en alrededor de medio millón de individuos, integradas por diferentes escuelas de adultos y juveniles y que ahora este domingo del 6 de julio vimos que sólo queda una mancha de juveniles que están pescando cerca de Isla Cerralvo y vimos que pesan exagerado ocho o 10 kilos y como son juveniles no tienen capacidad de reproducción y el gran tema a discutir es que los pescadores artesanales tienen prohibido por ley pescar atún, salvo en el caso de que sea por pesca deportiva, donde se autorizan cinco individuos por permiso.
De igual manera desde hace dos meses llegaron a la zona de Santa Rosalía y Mulegé por primera vez en 15 años grandes manchas de calamar de Humboldt que siempre han sido una gran oportunidad de ingresos para las comunidades asentadas en esa zona. Pero la flota industrial de Sonora y Sinaloa alistó sus barcos y ya están sacando calamar en competencia desleal, dejando a las pescadores de Baja California Sur (BCS) con menor oportunidad.
Barcos de palangre
Usan un método de pesca conocido como 'cimbra'.
Ahora viene otra migración importante y los barcos industriales foráneos ya están listos para pescar como todos los años lo hacen pasando inadvertidos y es una gran población de tiburones de diferentes especies.
Pocas veces el Mar de Cortés y el Pacífico de BCS han estado tan llenos de tiburones, se están viendo tiburones piloto y martillo en las playas de la costa frente a isla Cerralvo y los pescadores ribereños de Agua Amarga, que por tradición habían estado pescando tiburón de manera legal ya no lo están haciendo desde hace tres años y prefirieron mejor transitar sus actividades hacia el turismo. El comentario que hacen es que con dos viajes que hagan de turismo a la semana ganan lo que estaban pescando de tiburón en un mes.
La temporada de tiburón, empieza a partir del 1 de agosto y ya se están viendo barcos de palangre, tanto del lado del Golfo en la zona de Isla Cerralvo como del lado del Pacífico, justo frente de Todos Santos. A estos barcos les llaman palangreros o picuderos, y usan un arte de pesca que llaman cimbra; son líneas de varios kilómetros que arrastran o amarran a boyas con miles de anzuelos y capturan tiburones, marlin o dorado. En el caso de los tiburones, lo están haciendo ya en estos días porque en la opinión de los pescadores ribereños se van a meter a pescar todos los tiburones que hay en los bajos y van a tirar los tronchos o cuerpos al fondo del mar y se van a quedar sólo con las aletas para poder comercializarlas cuando se abra la veda de tiburón, y eso le va a afectar a las grandes poblaciones de tiburones que tenemos en este momento adentro del Golfo y en el Pacífico.
¿Qué necesitamos hacer para que los barcos que vienen de otros estados, como lo son Sonora Sinaloa, Jalisco y Nayarit, dejen de pescar en los mares de BCS?
La Ley General de Pesca no limita la actividad de los barcos en los mares de BCS, tampoco los refugios pesqueros. Sólo hay un instrumento legal que les prohíbe la entrada a las aguas de Baja California Sur: se trata de una Reserva de la Biosfera, y no los pueden sacar porque todos están pescando legalmente salvo obviamente estos barcos de palangre que lo hacen fuera de temporada. Sólo si se hace una Reserva de la Biosfera se verían favorecidos los pescadores ribereños sudcalifornianos, y lo interesante es que esta reserva puede ser la plataforma en la que se pueden combinar con otros instrumentos legales de pesca y medio ambiente. Ese es el ejercicio que debemos hacer para tener una propuesta que considere a todos los actores de BCS.
Se estima que la industria pesquera captura hasta 80% de los tiburones que nadan en las aguas de Baja California Sur; mientras tanto, los pescadores ribereños sólo capturan el 20% de las poblaciones de esta especie. Otra diferencia considerable es que los industriales aletean a los tiburones en el barco, siendo que la ley establece que tiene que ser en la playa, como sí hacen los ribereños quienes también aprovechan el troncho (cuerpo) del animal.
El valor comercial del cuerpo o troncho del tiburón es de 18 a 22 pesos el kilo. En cambio, el de la aleta de tiburón en cerca de 700 pesos por kilo. Por lo que ésta es el principal interés de los barcos industriales (es más práctico y redituable refrigerar y transportar sólo aletas).
Estamos frente a una gran oportunidad para hacer planeación con los instrumentos legales que existen en la legislación mexicana y adicionalmente lo mejor es que la autoridad ambiental tiene gran capacidad profesional y de coordinación con las otras autoridades federales como la SADER, SEMAR, SCT, SECTUR y, desde luego, el gobierno del estado de BCS.
La Subsecretaria Marina Robles tiene la capacidad profesional para coordinar a todos los actores de la región que tienen injerencia legítima en el tema. Llámense ONGs, academia y diferentes científicos, operadores de turismo, acuacultores y pescadores ribereños que hacen pesca deportiva y comercial. Además, es importante que los barcos de la industria no vean las Áreas Marinas Protegidas (AMP) como algo que les veta su actividad, sino como una caja de ahorro que beneficia a todos los actores de la región.
De septiembre a diciembre estos barcos palangreros empezarán a tener actividad de pesca con diferentes especies, como es el caso del marlin y del dorado que llegan persiguiendo a la sardina, que aparece en los mares del Pacífico de Baja California Sur, en las regiones del Golfo de Ulloa y Bahía de Magdalena, desde San Juanico, López Mateos y San Carlos, hasta abajo de Todos Santos.
Estas especies están destinadas a la pesca deportiva y no podrían ser capturadas por los barcos, pero la Ley General de Pesca lo permite, al considerarlos como pesca incidental, lo cual también es un absurdo. Los barcos industriales le quitan a los pescadores ribereños y deportivos lo que por ley les pertenece.
Por cierto un pescador ribereño necesita para hacer actividades de turismo otra lancha con matrícula diferente y no puede hacer turismo en su lancha de pesca comercial, esto debe modificarse.
Desde septiembre del 2024 hasta mayo del 2025 también los barcos camaroneros estuvieron pescando y rastrillando el lecho marino de las costas de BCS. Por cada kilo de camarón que sacan, se llevan de siete a nueve kilos de crías de muchas especies como cabrillas, lenguados, huachinangos, pargos que tiran por la borda del barco y que no les sirven de nada, pero el que pierde es el pescador ribereño que nunca podrá ya pescar esas crías que no llegan a ser adultos y no se reproducen y cada año son menos los peces que habitan las costas y por ende el ribereño pesca menos cada año.
Ya fueron primero los camaroneros, luego los atuneros, ahora los barcos de palangre ya están pescando tiburones en el Pacífico y en el Golfo de California, especialmente en la zona de Cerralvo. Están pescando ahora en julio también marlin y vela; posteriormente, de septiembre a diciembre, se darán un gran banquete los pescadores industriales con los marlins y los dorados que significan una forma de ingreso muy importante para la pesca deportiva del estado, que mayoritariamente vive del turismo de sol, playa y golf que presenta un 38% del PIB del estado. En tanto, la pesca deportiva y los avistamientos de fauna representan otro 39% del PIB.
Para que el estado de BCS sea próspero, urge proteger y conservar los Dos Mares que le rodean, el Mar de Cortés y el océano Pacífico, y así protegeremos su biodiversidad y el modo de vida de sus habitantes.
Aletas de tiburón
Fueron primero los camaroneros, luego los atuneros, ahora los barcos de palangre ya están pescando tiburones en el Pacífico y en el Golfo de California, especialmente en la zona de Cerralvo.